Resumen
La piel grasa se caracteriza por un aspecto aceitoso, así como por la formación de brillos en la zona T de la cara, la presencia de granos y puntos negros. Es un tipo de piel con gran tendencia al acné, que se produce por una acumulación excesiva de sebo en determinadas partes del rostro. Por todo ello, la piel grasa requiere un tratamiento específico que controle la aparición de todos estos síntomas y mejore su aspecto. En este post te contamos los pasos para tratar correctamente la piel grasa, siguiendo una serie de cuidados específicos, que consiguen mejorar el aspecto de la piel y controlar el exceso de sebo.
Lo primero que debes hacer es lavarte la cara con un jabón o limpiador facial que haya sido específicamente diseñado para personas con piel grasa. Estos jabones contienen ingredientes que ayudan a reducir la producción de sebo y a prevenir los brotes de acné. Los productos más recomendados son los basados en ácido salicílico o peróxido de benzoilo; sin embargo, también existen otros tipos de tratamiento que pueden utilizarse en función de tu tipo de piel.
No olvides utilizar un tónico después de lavarte la cara porque te ayudará a eliminar el exceso de suciedad de los poros antes de aplicar cualquier otro producto encima. Debe aplicarse después de la limpieza, pero antes de la crema hidratante.
Causas y factores que debes conocer para tratar la piel grasa
La piel grasa no es una enfermedad. Es un síntoma de otros problemas que se producen en la piel, como el acné o la seborrea.
Existen varios factores que favorecen la producción de un exceso de grasa en los poros:
- Obstrucción de los folículos pilosos. Esto ocurre cuando hay una acumulación de células muertas o cuando se acumulan bacterias en la piel.
- El uso de cosméticos o fotoprotectores que no son específicos para pieles grasas.
- Tocarse granos, espinillas o erupciones cutáneas.
- Una dieta inadecuada.
- El estrés.
- El calor húmedo o el sudor.
- El uso de mascarillas faciales.
Pasos a seguir
La piel grasa es un problema común entre la gente y puede deberse a varios factores, como la genética, las hormonas, el estrés, el consumo de alcohol o incluso ciertos medicamentos. Sin embargo, además del aspecto estético, este tipo de piel también puede causar problemas para la salud: aumenta el riesgo de desarrollar acné y granos, que más tarde pueden derivar en cicatrices.
La piel grasa hace que nuestra piel se sensibilice y requiere una serie de hábitos especiales para reducir el exceso de sebo. Algunos consejos básicos para evitar esta alteración cutánea son, por ejemplo, desmaquillarse por completo todos los días, mantener una correcta higiene de toallas y almohadas o intentar mantener la cara despejada de pelo o flequillo para evitar que la zona se vuelva más grasa.
Además, existe una rutina básica para cuidar a diario la piel grasa o con tendencia acneica, que ayuda a minimizar o reducir la producción de exceso de sebo. Te contamos los pasos esenciales para tratar la piel grasa.
Limpiar la piel para tratar la piel grasa
Limpiar la piel dos veces al día es uno de los aspectos más importantes para mantener una rutina de cuidado eficaz. Si tienes la piel grasa, es especialmente importante que elijas un gel limpiador de alta calidad y lo utilices de forma que elimine eficazmente la grasa sin resecar la piel. Nosotros te recomendamos el Foaming Jelly Cleanser. Este suero es un limpiador profundo y exfoliante que eliminará las impurezas, reducirá y prevendrá los puntos negros, los poros obstruidos, el exceso de sebo y protegerá la piel de la contaminación. Tonifica y calma la piel a la vez que estimula las defensas naturales. Sus propiedades antioxidantes y anticontaminación protegen de los radicales libres.
En primer lugar, lávate la cara. A continuación, aplica el limpiador con movimientos suaves y circulares sobre zonas como la nariz, la barbilla y la frente, donde la grasa tiende a acumularse. Una vez aplicado el limpiador, acláralo con agua.
Aunque los geles desengrasantes son la mejor opción para la piel grasa, asegúrate de no abusar de ellos, ya que pueden resecar el rostro y hacer que produzca más grasa.
Segundo paso: hidratar
Si tienes la piel grasa, puedes tener la tentación de saltarte el paso de la hidratación en tu rutina de cuidado de la piel. Pero se trata de un error muy común: ¡cualquier tipo de piel necesita hidratación!
De hecho, si tienes la piel grasa, es aún más importante hidratarla. Esto se debe a que las cremas hidratantes ayudan a regular la producción de grasa y evitan la acumulación de células muertas que pueden obstruir los poros y provocar erupciones.
Además de mantener la piel hidratada y prevenir el acné, las cremas hidratantes también pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y la sequedad por descamación. Una gran opción para la piel grasa es el Purexpert Solution de Lullage, que está diseñada para mantener la piel con un aspecto y un tacto saludables. Equilibra el exceso de sebo y mejora su calidad, reduciendo la apariencia de los poros y proporcionando un acabado mate con los brillos bajo control. Contiene una acción antienvejecimiento e iluminadora que reduce las arrugas y favorece la síntesis de ácido hialurónico, dando como resultado una piel más suave y calmada. Las propiedades antioxidantes ayudan a potenciar la energía de la piel, favoreciendo su capacidad natural de reparación y reduciendo la inflamación.
Asumir hábitos saludables
Aunque no existe un remedio único para la piel grasa, hay algunas medidas que puede tomar para reducir el exceso de producción de sebo y mantener la piel fresca y radiante.
En primer lugar, una dieta sana es fundamental. Come mucha fruta y verdura, proteínas magras como el pescado y el pollo, y alimentos ricos en fibra como los cereales integrales. Por otro lado, intenta evitar la carne roja, los dulces, la bollería y el consumo de alcohol.
El ejercicio también es un factor importante para ayudar a controlar el exceso de producción de sebo en las pieles grasas o con tendencia acneica. Intente realizar algún tipo de actividad física al menos tres veces por semana o más si es posible.
El estrés puede ser otro factor que influye en el exceso de grasa; es importante encontrar formas de reducir el estrés en su vida practicando algún deporte o actividad que le ayude a relajarse o a gestionar mejor las situaciones conflictivas (por ejemplo, el yoga). También es importante asegurarse de dormir lo suficiente -al menos siete horas por noche- para que el cuerpo funcione bien durante todo el día (y la noche).
Usar un fotoprotector solar
Cuando se trata del cuidado de la piel, la piel grasa tiene necesidades especiales. Aunque todos los tipos de piel necesitan protección solar, la piel grasa es especialmente susceptible a los daños del sol.
La exposición al sol puede provocar acné, puntos negros y otras imperfecciones difíciles de tratar y que pueden dejar marcas permanentes. Además de elegir un protector solar adecuado para tu tipo de piel, es importante aplicarlo correctamente.
Lo mejor es que utilices una fórmula en spray o mousse en lugar de una fórmula en crema para que el producto no resulte grasiento cuando te lo pongas en la cara.
Maquillaje ecológico
Después de la limpieza y la hidratación, es posible que desee aplicar un poco de maquillaje. Se recomienda comprobar los ingredientes de los productos que utiliza habitualmente. En el mercado existe una amplia gama de productos cosméticos ecológicos certificados, algunos específicos para pieles grasas. En general, evite los productos con siliconas y querosenos que pueden ocluir los poros y empeorar el estado de la piel. Tampoco son adecuados los productos diseñados para pieles secas, generalmente ricos en aceites muy pesados. Una buena opción pueden ser las bases de maquillaje en polvo mineral y un polvo matificante.
Si aún tienes tiempo antes de salir de casa, es bueno masajear suavemente el rostro con unas gotas de aceite de rosa mosqueta o de jojoba como hidratante. Esto hará que tu maquillaje dure más tiempo sin sensación grasa y ayudará a nutrir la piel seca.
Y os preguntaréis, ¿cada cuánto tiempo hay que exfoliar la piel grasa?
La exfoliación consiste en eliminar las células muertas del rostro. Esto reduce la aparición de poros dilatados y puede ayudar a eliminar el acné. Es importante tener en cuenta que exfoliarse demasiado puede hacer que la piel sea más propensa a los brotes, por lo que es mejor seguir una rutina recomendada por un dermatólogo.
Los métodos de exfoliación más comunes son la exfoliación química, la microdermoabrasión y los exfoliantes físicos, como los exfoliantes o los cepillos. La frecuencia de la exfoliación dependerá del tipo de acné que tengas: si tienes acné inflamatorio activo (también conocido como acné quístico), se recomienda exfoliar 1-2 veces por semana; si tienes piel grasa sin acné activo, se recomienda exfoliar 3-4 noches por semana; si tienes piel grasa con acné activo, se recomienda exfoliar 1-2 veces al día o en días alternos con productos prescritos por dermatólogos.
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Conclusión
La piel grasa puede ser difícil de tratar, pero con unos sencillos pasos puede conseguir que su piel luzca y se sienta lo mejor posible.
El primer paso que debes dar es consultar a tu médico de cabecera o dermatólogo para que te oriente sobre tu tipo de piel y tus necesidades. Además, incluir en tu rutina los pasos indicados para seguir una correcta limpieza facial te ayudará a tratar la piel grasa.