La respuesta de porqué ciertos productos parecen dejar de funcionar con el tiempo, o porqué tu piel parecer estar diferente, puede estar en los cambios climáticos. Parece ser algo no tan relevante, pero la verdad es que el ambiente donde estamos impacta en la piel de distintas maneras.
Es por ello que es necesario comprender los cambios que atraviesa la piel junto a las estaciones del año para cuidarla siempre correctamente. Es justamente esos pequeños ajustes a la rutina de belleza lo que puede contribuir a lucir más radiante y saludable los 365 días.
¿Mi piel puede cambiar según el clima?
El clima puede llegar a ocasionar un gran impacto en la salud y estado de la piel. Ya que, los cambios climatológicos, ya sean bajas o alta temperaturas, pueden afectar negativamente al cutis al no tomar medidas preventivas para cuidarla adecuadamente.
Una temperatura elevada y un ambiente húmedo suelen generar un incremento en la actividad de las glándulas sebáceas, lo que puede llegar a favorecer el desarrollo de imperfecciones en el cutis. De hecho, el sudor también es capaz de causar irritación, haciendo más sensible la piel ante los rayos del sol.
Por otro lado, en climas fríos, nuestra piel tiende a secarse, volverse áspera e incluso tener menos elasticidad porque hay una reducción en la hidratación. Esto puede resultar en la aparición de irritaciones en el rostro y hasta nuevas líneas de expresión.
Por eso, es que cuando las estaciones cambian el cutis también, ya sea de un clima frío a uno cálido o viceversa. Por lo tanto, las rutinas de belleza de la piel deben ir ajustándose para asegurar una salud óptima.
Esto implica adaptar los productos y rutinas de belleza de la piel para satisfacer las necesidades cambiantes del cutis en las diferentes estaciones del año.
Rutina de belleza para cada estación del año
Es evidente que debido a los cambios existentes en el ambiente en cada época del año nuestra piel se ve afectada. Por lo que, es necesario suplir las nuevas necesidades que se presentan durante las estaciones para soportar la dificultades climatológicas y mantener el cutis saludable.
Verano, invierno, otoño y primavera tienen sus propias particularidades y por eso, debe conocerse las recomendaciones a seguir en cada uno. Especialmente, estos dos primeros suelen generar grandes cambios por sus climas acentuados, así que te explicamos cómo adaptar tu rutina en cada momento.
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Verano
En esta época es esencial modificar la rutina diaria de belleza del cutis para protegerlo de los efectos del clima cálido y del sol. La limpieza debe ser siempre el primer paso, para ello opta por limpiadores más ligeros y menos emolientes; limpiar el rostro por la mañana y por la noche, es obligatorio para mantener los poros limpios y equilibrar la piel.
La piel tiende a estar más seca debido a la exposición al sol y al calor, así que se debe hidratar todos los días para que cumpla correctamente su función de barrera.
Por la mañana, un antioxidante y el protector solar son suficientes en la rutina de belleza del cutis para su protección en las siguientes horas; si tienes piel seca hidrata por la mañana, después de aplicar un sérum. Mientras que por la noche se debe reparar los posibles daños del día.
La protección solar es un paso clave durante el verano para lidiar con los rayos UVA y UVB. Algo de vital importancia, ya que son responsables del envejecimiento prematuro, el daño y la hiperpigmentación de la piel.
Por lo tanto, es fundamental aplicar durante el día un protector solar que sea de amplio espectro y tenga un factor de protección adecuado, y reaplicarlo cada dos horas si estamos expuestos al sol por períodos prolongados.
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Invierno
La limpieza es esencial tanto por la mañana como por la noche, ya que potencia la capacidad de absorción de los tratamientos posteriores, haciendo que sean más efectivos.
La temperatura del agua también juega un papel importante, y es recomendable ducharse con agua templada, ya que al estar fría estimula y en caliente relaja, lo cual ayuda a tonificar el sistema sanguíneo.
Hay que tener en cuenta que pasar tiempo en espacios calefactados y tomar baños calientes puede afectar la piel, situaciones típicas del invierno. Esto se debe a que interrumpe el equilibrio natural de hidratación del cutis, especialmente al enfrentarse con el aire frío y seco del exterior.
Por lo que, se ha de seleccionar cuidadosamente hidratantes y sérums que ayuden a compensar estos desequilibrios. Los productos con ácido hialurónico son especialmente recomendables, ya que fomentan la producción de colágeno y ayudan a evitar la sensación de tirantez causada por el frío.
Optar por cremas más nutritivas y ricas en ingredientes hidratantes ayudará a mantener la piel suave, hidratada y protegida durante la temporada invernal.
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Otoño y primavera
Durante el otoño hay que preparar la piel para enfrentar el clima más fresco y seco. Una buena limpieza contribuye a eliminar impurezas acumuladas durante el verano, pero podemos optar por limpiadores más suaves que no sean tan agresivos para la piel; es válido exfoliar suavemente para eliminar células muertas y mejorar la textura de la piel.
En dicha estación es probable que nuestra piel necesite una hidratación adicional. En cuyo caso, se puede optar por cremas hidratantes más ricas y nutritivas para mantener la barrera de la piel protegida y prevenir la sequedad y descamación.
Incorporar productos con propiedades antioxidantes es recomendable para cuidar la piel de los radicales libres y combatir el envejecimiento prematuro.
Por otro lado, durante la primavera la piel se recupera de los efectos del invierno y se prepara para el clima más cálido. La limpieza elimina la suciedad y prepara la piel para recibir los tratamientos posteriores, se recomienda usar limpiadores más ligeros y refrescantes para adaptarse al clima más cálido.
Es ideal incluir productos más ligeros y frescos en la rutina de belleza en primavera. Pueden ser hidratantes más livianos con texturas más fluidas y con propiedades matificantes para controlar la producción de grasa y evitar esa sensación en la piel durante el día.
También es importante seguir protegiendo nuestra piel del sol con protector solar para prevenir daños causados por los rayos UV.